Valencia rescata los últimos sellos de la República
La capital del Gobierno en 1937 edita cuatro estampas de niños que no llegaron a circular
broche : tela / plata / papel /chapa / / sellos: obra de Mauricio Amster
Las ilustraciones eran “demasiado alegres para un país en guerra”.
Las imágenes reflejaban la felicidad de unos niños refugiados.
En sus juegos y sus risas cómplices, el aspecto famélico de algunos quedaba en segundo plano. Por un tiempo creían estar viviendo en el paraíso, ajenos al estrépito de las bombas.
Esa felicidad contagiosa e ingenua, impresa en los rostros de unos niños que se abrazan con camaradería o se lanzan a una piscina con gozosa expresión de vértigo, explica la condena al ostracismo de los sellos.